Dormir entre manglares, hacer kayak en un inmenso cenote privado o caminar por las paradisiacas y kilométricas playas de Tulum… esas son solo algunas de las razones por las que pasar una noche en este lugar único.
UN HOTEL CON CENOTE PRIVADO
El hotel MangleX fue sin duda uno de mis favoritos durante nuestra estancia en Mexico. Se encuentra ubicado en Tulum, muy cerca de la entrada a la reserva natural de Sian Ka’an. Lo que hace tan especial a este eco-hotel es que sus cabañas están construidas sobre auténticos manglares y que tiene un cenote propio.
No un cenote pequeñito no, un señor cenote. Una especie de lago bastante grande al que se llega a través de los canales del manglar que conectan con el hotel. Según nos contó la dueña, el lago esta lleno de cuevas subterráneas que conectan con el mar y buzos de National Geographic suele hacer expediciones de hasta cuatro días. ¿Qué os parece? Asombroso. Una no duerme en un lugar así todos los días.
El alojamiento consiste en cabañas de madera, las hay más elevadas y otras más pequeñas y bajitas. Para llegar hasta las cabañas, hay que recorrer una pasarela elevada sobre manglares. La sensación es que una se ha transportado en cuestión de segundos. Mires donde mires hay vegetación y en mitad de los manglares hay una tranquilidad muy especial. Muchos sonidos y frescor.
Siguiendo la pasarela se llega hasta una zona estupenda, el embarcadero con los kayaks que da acceso al cenote. Aquí también hay una zona de descanso muy cómoda, ideal para leer por las mañanas a primera hora cuando amanece. El gato del hotel solía sentarse sobre mis piernas cuando leía. Si queréis ver más fotos del hotel, podéis encontrar fotos fantásticas de las zonas comunes aquí.
ESTAMOS EN TULUM ¿HABRÁ PLAYA NO?
Aunque el MangleX no está propiamente en la playa (no tiene acceso directo) sí está en la zona de la playa. Más concretamente, en el extremo este de la playa, una zona mucho más tranquila y relajada. El pueblo de Tulum queda a unos 25m en coche dependiendo del tráfico y también se puede ir en bicicleta.
Para acceder a la playa hay que hacerlo a través de alguno de los hoteles que quedan a pocos metros (mediante consumición o con algo de cara que nos funciono bastante bien todo sea dicho). Cara de seguridad y de que sabes a dónde vas, y no habrá quien te pare.
En cualquier caso, la dueña del MangleX tiene una especie de acuerdo con otro hotel que está justo enfrente y que si tiene acceso directo a la playa (sus clientes usan la playa y los otros el cenote).
Ya en la playa, hacia la derecha una se adentra en la parte hotelera de Tulum, y hacia la izquierda se llega hasta zonas bastante salvajes. Se puede caminar por la playa durante kilómetros hacia la reserva de Sian Ka’an. Es un paseo super agradable aunque el sargazo ha hecho mella. Nos sorprendió, entristeció y enfureció por igual la cantidad de restos de plásticos que vimos acumulados a lo largo de la playa ya en la reserva natural.
¿QUÉ FUE LO QUE NOS ENCANTO?
Kayaks gratuitos y tablas de paddle surf para explorar el cenote. Nadar entre los canales del manglar. Tirarnos al agua desde el embarcadero.
Tranquilidad y sensación de privacidad. Es un lugar con pocas cabañas. Las velas que iluminaban la pasarela cada noche. Mágico.
Desayunos amplios y muy ricos (incluidos) y cercanía de hoteles muy bonitos como el Nomade.
Decoración rústica de la habitación y mosquitero incluido. No había muchos mosquitos.
Es un hotel eco de verdad. Aprovecha la energía solar y cuida el agua y el entorno.
El cenote. Os dejo unas fotos áreas de google más abajo para que os hagáis una idea del tamaño real del lago y la belleza del entorno. Está cerca de Sian Ka’an.
¿QUÉ NO NOS GUSTO TANTO?
No había bicicletas disponibles en el hotel, ni si quiera para alquilar. Aunque tiene parking privado a la entrada, cuenta con pocas plazas.
La dueña nos confirmo que había dos crias de caimán en el cenote junto con la madre. Aparentemente ella puede entrar y salir al océano a través de las cavernas y no hay ningún macho. Aseguraba que no son ningún peligro, que nunca ha habido ningún percance y que hay que dejarlos tranquilos. Nosotros no vimos ninguno, gracias a dios. Pero cuando íbamos en el kayak y me bañaba, el sustillo estaba dentro del cuerpo. Está claro que toda precaución es poca.
Nos alojamos en una cabaña pequeña y el espacio se quedaba algo corto. Aconsejo, si se puede, quedarse en las cabañas grandes y elevadas. Tienen una terraza mirador propio, más espacio y vistas espectaculares.
La piscina o alberca del hotel está en la entrada y es bastante pequeña.
En Tulum han hecho que toda la playa sea privada. No hay acceso publico directo.
En la zona de la playa de Tulum hay bastantes coches y tráfico.
La cisterna del baño no funcionaba bien. No vendría mal una pequeña renovación para cuidar pequeños detalles.
¿LO RECOMIENDO?
Quedarnos un par de noches en el MangleX fue una de las mejores decisiones del viaje. No lo elegimos como la base de nuestra estancia en Tulum (de hecho nos quedamos en el pueblo en otro fantástico alojamiento del que os hablaré en otro post) pero cuanto me alegro de haber decidido pasar allí alguna noche.
Aunque no lo elegiría como un hotel para pasar varios días si planeas moverte mucho en coche como fue nuestro caso, es por el contrario, un lugar idóneo para disfrutar del entorno, de la playa de Tulum y del hotel en sí. Una experiencia única que merece la pena incluir en el itinerario. Una o dos noches son suficientes.
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