DIARIO DE VIAJE
Merece la pena visitar Yadz. La parte vieja de la ciudad, una de las más antiguas del mundo según la UNESCO, me pareció maravillosa. Fue un centro comercial importante hace milenios y Marco Polo y Ghengis Kan la recorrieron. Es bonito pasear y perderse por sus laberínticas y desiertas calles que protegen del calor con sistemas de ventilación antiquísimos. Además abundan las azoteas a las que merece la pena subir para tener una vista panorámica de todos los tejados de adobe y de la mezquita principal. Creo que gran parte del encanto de visitar estos lugares es dejar volar la imaginación hacia el pasado. Uno siente entonces el peso del tiempo. Y eso para mí es mágico.
Yadz es un lugar muy tranquilo y el silencio solo se rompe por los cantos del muecín o los murmullos de los grupos de turistas que recorren sus calles cámara en mano cual fantasmas. Creo que una noche en Yadz es suficiente. Tal vez más si la quieres usar como base para visitar otros pueblos cercanos como Chak Chak, Meybod o Kharanaq.
La mezquita de Masjed-e Jameh a las puertas de la parte vieja es muy bonita, con dos impresionantes minaretes azules. También puedes pasear por el bazar o llegarte al palacio de Bagh-e Dolat Abad que fue la residencia de un acaudalado Persa alrededor de 1750 y que esta rodeada de jardines protegidos por UNESCO.
El famoso templo de Ateshkadeh, lugar de peregrinación de los seguidores del Zooroastrismo, queda algo más alejado y no merece la pena a no ser que sientas curiosidad en ver de cerca la llama de un fuego que dicen lleva ardiendo desde 470 AD. Por último, si te gustan los dulces estás en la ciudad adecuada porque Yadz es conocida en todo Irán por sus dulces. No dudes en pasarte por una de las tiendas más famosas de la ciudad la Jah Khalifeh Ali Rahbar entre la calle de Imam Khomeini y la plaza de Amir Chakhmaq.
¿DÓNDE ALOJARSE EN YADZ?
Os recomiendo que os alojéis en el Silk Road Hotel. Es una hotel con encanto y con una ubicación excelente, justo al lado de la entrada de la parte vieja de la ciudad. Tiene una terraza central super fresca por las noches y con un ambiente muy agradable donde charlar con iraníes y otros viajeros. El restaurante tiene una comida muy buena con opciones vegetarianas también. La habitación que me dieron fue bastante más cara de lo que venía pagando hasta entonces pero mereció la pena. Llegué sin reserva y pague 40$ por una doble con baño privado (la única disponible) en una casa cerca del edificio principal. Tienen otras opciones más económicas también.
VIAJAR EN AUTOBÚS A YADZ DESDE ISFAHÁN
Desde la estación de autobuses de Kave en Isfahán salen los autobuses hacia Yadz. Compré mi billete en la recepción del hostal y, como en la anterior ocasión, una vez allí no había un andén al que dirigirse. Quédate cerca del mostrador de la compañía que ellos te avisarán cuando llegue el momento de salir. El trayecto se hizo algo pesado porque el paisaje es muy monótono. Básicamente llanuras desérticas. Un paisaje a lo Mad Max.
Recomiendo evitar llegar a Yadz de noche si viajas sola. Desde la terminal de autobuses (solo hay una) hasta la parte vieja de la ciudad son unos 35m en coche. El taxista que me llevó no hablaba nada de inglés y era un hombre mayor que me regañó con una sonrisa por no saber farsi. Me miraba como diciéndome ‘¿Qué hace una chica sola en un sitio como este y sin hablar ni una frase de farsi?’.
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